fbpx

El impacto socioeconómico y ambiental de la actividad forestal es fundamental en Bolivia. No solo por la necesidad permanente de uso de la madera por parte del ser humano, sino además por el gran número de personas vinculadas a este sector (ya que se estima que 90 mil familias de forma directa y 180 mil de manera indirecta, dependen de dicha actividad), por los beneficios económicos para el país por el comercio interno y externo de productos forestales (generando empleo, divisas e ingresos directos por patentes y tributos) y porque el manejo sustentable del bosque garantiza funciones protectoras del medioambiente (como regulación del clima, conservación de la biodiversidad, protección del suelo y el agua), lo que redunda en enormes beneficios para la calidad de vida de todas las personas.

Para conocer más del tema, entrevistamos a Eduardo Sandoval Hurtado*, Jefe de la carrera de Ingeniería Forestal de la UAGRM.

¿Qué impacto tiene la actividad forestal sustentable en la sociedad boliviana? Desde el punto de vista social, económico y ambiental.

Empecemos diciendo que el bosque es un ecosistema compuesto por seres vivos, que genera oxígeno y una serie de productos y servicios ambientales. La madera es un producto, las hojas de palmas son un producto, las plantas medicinales son un producto, las frutas silvestres son un producto; y el aprovechamiento de cualquiera de estos productos genera un impacto económico favorable para los inversionistas y para los trabajadores forestales, de ahí la importancia económica del bosque para ese sector de la sociedad.

A la vez, el reciclaje de nutrientes es un servicio ambiental, la regulación del clima es un servicio, la regulación de las aguas es un servicio, la captura y fijación de carbono es un servicio, muchos de estos servicios son fundamentales para otras actividades productivas como la agricultura, la ganadería, la piscicultura, inclusive para la salud humana.

Esto demuestra la importancia ambiental de los bosques para la sociedad en general. Está comprobado que una ciudad sin bosques urbanos y bosques circundantes es una ciudad con una calidad de vida inferior que una ciudad que cuenta con este tipo de recursos, de este modo, los bosques son socialmente necesarios para la vida.

Si nos preguntamos si la actividad forestal afecta o altera negativamente a este ecosistema y sus funciones ambientales, la respuesta depende del tipo de intervención que se haga; si es una intervención desordenada, extrayendo árboles sin control, de cualquier diámetro y especie, o lo que es peor, extrayendo todos los árboles que se puedan de solo algunas pocas especies, construyendo caminos de extracción por todas partes, claro que va a afectar las funciones del bosque y va a poner en serio peligro la regeneración del mismo.

Pero si la actividad forestal se lo hace, como lo establece la Ley Forestal vigente y sus normas conexas, bajo los criterios de sostenibilidad, no existe ningún riesgo para el bosque, al contrario, está demostrado en muchos estudios de dinámica forestal que la cosecha de madera bajo manejo sostenible, le ayuda a regenerarse de mejor manera al bosque, generando espacios para aquellos árboles juveniles que están esperando una oportunidad para recibir luz directa del sol y surgir hacia arriba.

Solo por dar un ejemplo del beneficio ambiental de la actividad forestal, un bosque bien manejado por la industria forestal, es un bosque que está capturando CO2 de la atmosfera, aquel CO2 que están liberando las industrias urbanas. Este es un servicio ambiental que se activa solo cuando ocurre la actividad forestal. Demás está decir la generación de empleos para los pobladores rurales, quienes, sin necesidad de emigrar a las grandes ciudades, pueden contar con empleos todos los años en su misma zona rural.

¿Cuán importante es el uso de la madera en la vida de las personas?

Para el ciudadano común, la madera es un recurso natural producido por el bosque, sin la inversión de nadie, solo por la naturaleza, y es un elemento presente en nuestro cotidiano vivir; lo usamos desde que nacemos hasta que morimos.

De madera es la cuna cuando somos bebés, de madera es la mesa donde comemos a diario, de madera es el lápiz con el que aprendemos a escribir, de madera es la silla donde descansamos y de madera es el ataúd que usamos en el viaje final.

Esto demuestra cuán importante es la madera en nuestra vida. Es imposible imaginar que exista un solo ser humano que no haya usado la madera a lo largo de su vida. La madera, al ser un recurso natural renovable, nos da la oportunidad de consumirlo de forma perpetua, mientras la producción maderera obedezca a un manejo sostenible del bosque. Hoy en día, la madera se ha convertido ya en un elemento de lujo, pues el hogar que tiene muebles de madera (mara, por ejemplo), le genera una satisfacción de orgullo. Nunca será lo mismo la sensación de bienestar al usar productos sustitutos de la madera como el plástico, el hierro o el aluminio, como es el solo gusto de poder apreciar la veta y tocar la suavidad de la madera.

La buena noticia es que la madera es un recurso renovable, tan fácil de reproducirlo, que basta con plantar árboles en áreas deforestadas (hablamos de plantaciones forestales) o favorecer la regeneración natural en los bosques naturales. De esta manera, tendremos madera por siempre.

¿Cree usted que la actividad maderera puede ser causante de deforestación en el país?

De ninguna manera. Pensar y afirmar que la actividad maderera es la causa de la deforestación es una afirmación mal intencionada. No es cierto. Los principios del manejo sustentable de los bosques, que es el eje central de la formación académica de los profesionales forestales en la UAGRM y en todas las universidades, establecen que no se puede sacar más madera que la que el bosque produce; por tanto, esto implica que un bosque natural bajo manejo puede producir madera de forma indefinida en el tiempo.

Claro está que se debe cumplir con los principios de sostenibilidad; esto implica cosechar solo árboles maduros (que de todas formas morirán luego) por encima de un diámetro mínimo de corta, dejar el 20 % de los árboles aprovechables como semilleros distribuidos por todo el bosque, además del resto de árboles menores que también producen semillas, respetar y proteger la fauna que es el agente diseminador de las semillas, establecer áreas anuales de corta para no extraer de cualquier sitio, etc. Esto hacen las empresas, y esto es lo que controla la Certificación Forestal Internacional. Esto mismo exige y fiscaliza la ABT. Entonces no es ni justo, ni correcto afirmar que la actividad maderera es la causante de la deforestación.

¿Bajo qué criterios se puede considerar a la actividad maderera como sustentable y medioambientalmente correcta?

En la medida en que las empresas y las personas que realizan el aprovechamiento maderable y de productos no maderables como la castaña y otros, lo hagan apegados a las normas vigentes como la ley forestal, las normas técnicas para manejo forestal y los estándares de los esquemas de certificación forestal voluntaria, la actividad maderera será ciertamente sustentable y perdurable a través del tiempo. Es decir, pueden pasar 100 años y el bosque puede seguir produciendo los bienes que se aprovechan de manera sustentable, pero la importancia de esta durabilidad en el tiempo, no solo debe verse desde el punto de vista económico, sino también desde el punto de vista ambiental, ya que un bosque en pie, a pesar de que esté siendo cosechado, es un bosque que está generando los servicios ambientales que la sociedad necesita para desarrollar otras actividades productivas.

 

* Eduardo Sandoval Hurtado es Ingeniero Forestal, con Maestría en Manejo de Bosques y Biodiversidad y Doctorado (PhD) en Economía Forestal y Recursos Naturales.

Joomla SEF URLs by Artio